Ubicada al norte de la isla, Río Grande se destaca por ser uno de los lugares más renombrados en el mundo para la pesca deportiva de la trucha marrón. En su aniversario te invitamos a conocer los 100 años de historia de esta localidad fueguina.

Río Grande fue fundada el 11 de Julio de 1921 por el presidente Hipólito Yrigoyen, como colonia agrícola y pastoril. A fines del siglo XIX, los pioneros de la ganadería ovina eligieron la zona norte de Tierra del Fuego para establecer sus estancias, conformadas de grandes latifundios, debido a la calidad de los pastos y los ríos caudalosos característicos del lugar. Esta actividad impulsó el desarrollo del incipiente poblado que se estaba formando, a lo cual también se sumó el trabajo de la Misión Salesiana, cuyo objetivo era educar y evangelizar a los aborígenes Selk´nam que habitaban el territorio. Posteriormente, a fines de la década de 1940, el llamado “oro blanco”  da origen a las primeras explotaciones hidrocarburíferas en la zona. Hacia la década de 1970, la promulgación de la Ley de Promoción Industrial ocasionó un crecimiento demográfico sin precedentes en Río Grande.

En la actualidad, la ciudad es considerada como la “capital nacional de la trucha” y ha ganado fama entre los pescadores de todo el mundo por la calidad y el tamaño de los ejemplares capturados en la zona. Los cotos de pesca habilitados se ubican a lo largo del Río Grande, y ofrecen al visitante alojamiento de excelente nivel, guías expertos y una gastronomía local con los mejores productos del destino, todo ello enmarcado por una magnífica estepa.

De la época de los pioneros, aún se conservan varios cascos de estancias que continúan funcionando en plena producción. Estas construcciones de chapa y madera son un aspecto distintivo del norte de la isla, que forma parte de su identidad histórica. Uno de los galpones de esquila más grandes del mundo se encuentra ubicado a escasos kilómetros de la ciudad.

Además de la pesca y la ganadería, en Río Grande posee una variedad de Monumentos Históricos Nacionales y museos, en donde se puede conocer en detalle la historia local y sus protagonistas. La observación de aves, y el senderismo por las extensas costas y cabos que rodean la ciudad también son buenas razones para visitar esta localidad fueguina, que ha alcanzado ya un siglo de existencia. 

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